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Leyenda Indígena | Apu Kurtur | El mensajero de los dioses

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Llamado ‘Apu Kurtur‘ por los indígenas de las zonas andinas, fue reverenciado como una divinidad debido a que en la consmovisión indígena era el mensajero de los dioses.

Según la leyenda, después de que los dioses crearán la naturaleza y sus habitantes, quisieron saber todo lo que pasaba en la tierra y por eso necesitaban un mensajero para que lleve la información a los espíritus divinos.

La Madre Tierra debía comunicar a la gente la época para sembrar y el tiempo de cosecha. Pero le faltaba quien pudiera volar hasta lo más alto del cielo y así poder llevar los mensajes a los pueblos, entonces el Pachacamac (creador de la Tierra) y la Allpamama (Madre Tierra) llamaron a los poderes del universo para crear a su mensajero sagrado.

El padre sol, la madre luna, los ríos, los árboles, los vientos y las estrellas acudieron al llamado, entonces el taita Cotopaxi (el volcán activo más alto del mundo) y la mama Tungurahua llenaron el cielo con lava y ceniza, en ese momento la gente hizo ceremonias con fuego y música.

El cóndor fue elegido como mensajero de los dioses

En medio de la lluvia y los relámpagos apareció un ave enorme y majestuosa, que podía volar hasta lo más alto de las montañas, era el cóndor.

Le encomendaron una misión sagrada: ser el mensajero de los dioses entre la Tierra y el cielo. Con sus alas inmensas y su vuelo majestuoso, el cóndor surcaba los cielos de los Andes, desde los páramos de Imbabura hasta los nevados de Cañar, llevando los susurros de la Pachamama a Inti, el dios Sol.

Leyenda Apu Kuntur, el mensajero de los dioses

Pero con el pasar de los siglos, el cóndor, aunque libre y poderoso, comenzó a sentir la soledad del viento. En uno de sus vuelos sobre los verdes valles de pastoreo, vio a una joven campesina que caminaba entre los cultivos de maíz y las flores silvestres. Ella hablaba con las llamas, cantaba a las plantas y daba las gracias a la tierra antes de sembrar. El cóndor la observó en silencio muchos días, admirando su respeto por la vida, su conexión profunda con la madre Tierra.

Una mañana clara, el cóndor descendió de los cielos y, tocado por los espíritus, tomó forma humana. Se presentó ante la joven como un hombre alto de ojos profundos y le habló con humildad. Le confesó que no era un hombre común, sino el mensajero de los dioses, y que su corazón de ave poderosa se había enamorado de su alma pura. Con temor y asombro, la joven aceptó conocer su verdad: él alzó los brazos al cielo y volvió a ser cóndor, desplegando sus alas negras con reflejos dorados ante sus ojos.

La joven, conmovida por su honestidad, aceptó acompañarlo a vivir en las alturas, donde nace el viento. En las cumbres frías, tejieron su hogar entre rocas sagradas y nubes danzantes. Sin embargo, sus padres, al no verla volver, subieron con temor a buscarla. Al ver al cóndor, pensaron que la había raptado, y en su desesperación intentaron matarlo.

La joven se interpuso entre ellos y, con lágrimas que el viento llevó a los dioses, suplicó que comprendieran su amor. “¡No hay rapto ni engaño!”, dijo, “¡Sólo un corazón que ha elegido libre!”. Los dioses, movidos por la verdad de su amor, escucharon su ruego y la transformaron en una cóndor hembra, para que pudiera compartir el cielo con su amado.

Desde entonces, dicen los sabios de la sierra que los cóndores vuelan en pareja por siempre. Nunca se separan, ni en la vida ni en la muerte. Cuando uno cae, el otro se deja caer con él, porque su unión es más fuerte que el tiempo.

Y así, sobre los riscos de las montañas de los Andes, cuando el cielo está limpio y el silencio es profundo, se puede ver una pareja de cóndores danzando en espiral, recordándonos que el amor verdadero, cuando nace del respeto y la verdad, es eterno como las montañas.

Apu kuntur el condor mensajero de los dioses

Video de la leyenda El mensajero de los dioses

Fuente: RUNAnimation

Basado en la leyenda «El cóndor y las pastorcita» les presentamos Ann y el Condor. Un film de 30 minutos producido en el hermoso andes ecuatoriano y post-producido en el país de Georgia.

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