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Leyenda guayaquileña | El ataúd ambulante

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Cuando cae la noche, sobre los ríos que se juntan para formar el gran río Guayas, a veces, se puede ver un ataúd con la tapa abierta, que va flotando; está iluminado por una gran vela, que permite ver los dos cadáveres que yacen dentro.  Se tratan de los cuerpos de una princesa y de su hijo.

El último caciques de los daulis, llamado Chauma, tenía una hermosa hija, la princesa Mina. Chauma, sentía gran desprecio por los españoles, pues esta gente, había matado a sus antepasados, robado sus tierras y saqueado sus tesoros.

Sin embargo, Mina se enamoró de un español, y sabiendo que su padre desaprobaría ese amor, decidió casarse en secreto. Al enterarse el cacique de esta noticia, se sintió traicionado y defraudado por su querida hija. Con profunda tristeza y lleno de furia, la  maldijo. El espíritu de Mina fue condenado por su padre, a no tener descanso después de su muerte.

Mina se sentía muy triste, haber huido de su casa le provocaba mucha melancolía.Después de algunos días, se enteró de que su padre, había fallecido, cuando se disponía a asaltar la ciudad de Guayaquil. Estos tristes sucesos, la debilitaron y cuando llegó el momento del nacimiento de su hijo, ella y el niño fallecieron.

El español, que era su esposo, cumplió el último deseo de la princesa. Un tiempo atrás, presintiendo su fin, pidió que no la entierren, sino que dejen su atún en el río con la tapa abierta. Cuando su esposo se alejó del río, el ataúd no se hundió, en su lugar, empezó a flotar y se dirigió hacia una orilla lejana. Al llegar, inmediatamente fue a la otra orilla y permaneció así indefinidamente
A partir de esa noche, muchos cuentan que han podido ver el ataúd flotando en los ríos Daule y Babahoyo, algunos afirman que se puede ver con claridad los dos cadáveres, rodeados por una nube de moscas. La noche del 25 de febrero, fecha en que murió la princesa, el ataúd permanece inmóvil, dando la oportunidad a los curiosos de contemplarlo.

Video Leyenda del Ataúd ambulante