Ecuador es uno de los países con mayor biodiversidad del mundo porque posee gran cantidad de especies de flora y fauna por kilómetro cuadrado.
Todos aquellos que se internan en la selva ecuatoriana descubren un sinfín de especies, existen felinos enormes, bellas aves exóticas, un millar de insectos con formas variadas y tamaños difíciles de creer.
Pero también existen otros llamativos animalitos: las coloridas ranitas y los grandes sapos.
Un viaje a la selva siempre será una aventura, la naturaleza y sus habitantes ofrecen grandes experiencias. Pero para disfrutar de ella, es muy importante escuchar los consejos de los pobladores, sobre cuidar y respetar la naturaleza para evitar que suceda nuevamente lo que le pasó a Yaupi.
Según cuenta la leyenda, Yaupi, era un joven shuar que salía siempre de cacería con su padre y su hermano, toda la familia era muy respetuosa de la selva y tomaba de ella solamente los alimentos que iban a necesitar para mantener a la familia.
La tradición Shuar de respetar la naturaleza
Pero Yaupi no era igual que los demás, y a pesar de escuchar que su padre le aconsejaba cuidar su entorno natural, no cumplía la tradición y muchas veces sin necesidad, sin ninguna razón, a veces hasta por entretenimiento, mataba algún animal o lo torturaba.
Cuando iban los hombres internándose en la selva, escuchaban el extraño canto de un sapo sagrado, al que llamaban Kuartam. Desde los árboles el sapo cantaba a los hombres “Kuartam, tan, kuartam, tan”, Yaupi al escucharlo empezó a burlarse y a imitarlo “Kuartam, tan, kuartam, tan, a ver si me comes” y se reía.
Sus compañeros de cacería le decían que no era bueno burlarse del sapo, que a veces se convertía en tigre y se comía a los hombres.
Un día que salió de cacería con su hermano y su padre, se adelantó para no escuchar sus advertencias y buscó el árbol donde cantaba el sapo, se paró en frente y gritó “Kuartam, tan, kuartam, tan, a ver si me puedes castigar”.
En ese momento del árbol, bajó un gran felino de profundos ojos, Yaupi quedó paralizado por el terror, y la mitad de su cuerpo fue devorado por el animal.
Cuando lo encontraron supieron que era un castigo del sapo. La esposa de Yaupi, enfureció y fue a la selva acompañada de las mujeres del pueblo. Juntas derribaron el árbol de Kuartam. Cuando cayó, el pesado tronco, apareció el sapo con una inmensa barriga. Rápidamente tomaron sus machetes y abrieron la panza del animal, allí descubrieron los restos de Yaupi.
Aunque su esposo, Yaupi, no volvió a la vida; su historia se hizo leyenda.
Hoy en día, cuando escuchan al sapo Kuartam cantar en la inmensidad de la selva, los shuaras sienten temor pues ya saben cuál es el castigo que pueden recibir por no respetar a la naturaleza y a los animales que viven en ella.