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La Mama Rumualda | Leyenda azuaya

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En lo alto de las tierras de Shaglli, en la provincia del Azuay, se alza una formación rocosa imponente que, vista desde ciertos ángulos, parece el rostro de una anciana mirando el horizonte con tristeza. Los pobladores la llaman Mamá Romualda, y su origen está envuelto en una antigua leyenda que ha pasado de generación en generación.

Cuentan que Mamá Romualda fue una mujer bendecida con un don único: todo lo que tocaba se convertía en riqueza. Gracias a esto, acumuló vastas tierras, animales y cosechas abundantes. Sin embargo, en su corazón no había espacio para la generosidad, pues su gran defecto era la codicia.

Un día, un campesino de la comunidad, que lo había perdido todo tras una dura sequía, se acercó a su hacienda con la esperanza de recibir ayuda. Con lágrimas en los ojos y voz suplicante, le rogó:

Mamá Romualda, mi familia y yo estamos sufriendo. No tenemos qué comer, no nos queda nada. Apelo a tu buen corazón, por favor ayúdanos.

Pero la anciana, en lugar de compadecerse, frunció el ceño y respondió con desprecio:

¿Acaso crees que todo lo que tengo me cayó del cielo? No seas vago. ¡Fuera de mis tierras!

El hombre regresó a su hogar con el alma rota, mientras el pueblo, indignado por la crueldad de Mamá Romualda, decidió darle una lección: nadie volvería a hablarle ni a visitarla. Al principio, la anciana se sintió aliviada de no ser molestada, pero con el tiempo el silencio se volvió un castigo insoportable. Con su riqueza sin valor y el corazón vacío, huyó a las alturas del cerro, buscando refugio en su soledad.

Allí, en medio de la inmensidad del monte, se lamentaba:

¿De qué me sirven tantas riquezas si no tengo a nadie con quien compartirlas? ¿Por qué no ayudé a aquel hombre cuando lo necesitaba?

Su tristeza llegó a oídos del pueblo, que conmovido, decidió perdonarla. Se reunieron y subieron al cerro, llamándola con voz amable:

¡Mamá Romualda, hemos venido a buscarte! Hemos perdonado tu corazón endurecido. ¡Vuelve con nosotros!

Pero su búsqueda fue en vano. En el lugar donde se había refugiado solo encontraron una gran piedra con su rostro esculpido, mirando el horizonte con una expresión de profunda pena.

Desde entonces, la gente de Huertas cuenta que Mamá Romualda sigue allí, convertida en roca como castigo por su avaricia, recordando a todos que la riqueza material no tiene valor si el corazón está vacío de compasión y generosidad.

Video de la leyenda azuaya "La Mama Rumualda"

Resumen de la Mama Rumualda y su enseñanza

La leyenda de Mamá Romualda enseña que la codicia y el egoísmo conducen a la soledad. A pesar de poseer grandes riquezas, su falta de compasión la llevó al rechazo de su comunidad, dejándola aislada y triste. Cuando finalmente entendió su error, ya era demasiado tarde. Su transformación en piedra simboliza el peso de su arrepentimiento y la importancia de la solidaridad y el buen corazón. Esta historia recuerda que la verdadera riqueza no está en lo material, sino en el apoyo y la generosidad hacia los demás.

Dónde queda la comunidad de Huertas?

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