Busca turismo en Ecuador

Leyenda quiteña | El Padre Almeida

Comparte esta leyenda
Facebook
Telegram
WhatsApp

La leyenda de el Padre Almeida que relatamos a continuación, cuenta la historia de un sacerdote que escapaba de su convento. Les contamos de qué forma salía del convento y cómo fue que finalmente enmendó su camino.

El convento de San Diego, era el hogar de un joven sacerdote, que había ingresado solo con 17 años al monasterio.   Siendo tan joven le gustaba mucho la fiesta y la bebida. Unos compañeros y él, decidieron salir una noche sin permiso de sus superiores y escalaron uno de los muros, para disfrutar de la noche quiteña. El Padre Almeida, era uno de los más entusiastas. Era muy bien parecido, además tocaba la guitarra y tenía una buena voz. Las noches de celebración continuaron por mucho tiempo.

Sin embargo, llegó el día en que los superiores, se dieron cuenta de lo que sucedía. Ante esta situación, tomaron la decisión de elevar el muro, para que así los fiesteros no pudieran salir. Los sacerdotes se dieron cuenta de su equivocación y decidieron enmendar su vida. Pero el Padre Almeida, no pensó de igual forma.

¿Hasta cuándo Padre Almeida?

En la noche, cuando quiso  salir, buscó la manera de escapar del convento. Así es que se fijó en una ventana que daba a la calle y por ella podría salir. Pero para llevar a cabo su cometido, debía escalar por una escultura de Jesús crucificado. No le importo demasiado y el Padre Almeida, escapaba cada noche por su nueva ruta.

Una noche, como tantas otras, el Padre Almeida, subió por la escultura para ir a sus fiestas. El Cristo cansado de que el sacerdote siguiera con sus andanzas, le preguntó: – ¿Hasta cuándo Padre Almeida? y el padre con mucha audacia respondió: – Hasta la vuelta Señor.

Este evento no logró que el sacerdote dejará sus vicios y continuó con sus celebraciones. Una noche que volvía al convento, bastante «borrachito», se tropezó con algo negro, que pensó era un toro. Cuando se levantó del piso, miró que se trataba de una procesión fúnebre. Varios hombres caminaban llevando un ataúd. Nadie hablaba, sólo se escuchaban los pasos de los caminantes. Cuando el Padre miró quién era el muerto, se llevó el peor susto de su vida.  El cuerpo que estaba en aquella caja,  era él mismo.

Sacerdote ejemplar

El sacerdote corrió con desesperación al convento, de donde no volvió a salir. Se convirtió en uno de los más destacados miembros de la congregación. Fue obediente, cumplido y realizaba con gran devoción todas sus tareas. La dura lección recibida, hizo que el Padre Almeida, cambiara su vida para siempre.

Video de la leyenda del Padre Almeida

Resumen de la leyenda quiteña

La leyenda quiteña narra la historia del Padre Almeida, un joven sacerdote del convento de San Diego en Quito, que disfrutaba de la fiesta y la bebida con sus amigos. Escapaban del convento por las noches escalando un muro.

Cuando los superiores elevaron el muro para evitar las escapadas de los monges, pero el Padre Almeida continuó escapando por una ventana, escalando una escultura de Jesús crucificado.

Una noche, mientras regresaba borracho al convento, tropezó con una procesión fúnebre y se asustó al ver que el cuerpo en el ataúd era el suyo.

Este susto lo llevó a cambiar su vida, volviéndose un miembro destacado de la congregación, obediente y devoto, aprendiendo una lección que le transformó la vida.

Convento de San Diego lugar de la leyenda del Padre Almeida en el mapa

Obra de teatro para niños de la leyenda "El Padre Almeida"

Personajes:

  • Padre Almeida
  • Compañero Sacerdote 1
  • Compañero Sacerdote 2
  • Superior del Convento
  • Cristo en la Escultura
  • Hombre de la Procesión
  • Voz del Muerto

Escena 1: En el Convento de San Diego, antes de elevar el muro.

(Padre Almeida y Compañeros Sacerdotes 1 y 2 se reúnen en una habitación del convento)

Padre Almeida: (Entusiasmado) ¿Qué les parece si escapamos de nuevo esta noche? La fiesta en la ciudad está mejor que nunca.

Compañero Sacerdote 1: (Vacilante) No sé, Padre Almeida, no creo que debamos hacerlo. Ya nos metimos en problemas la última vez.

Compañero Sacerdote 2: (Preocupado) Además, los superiores están cada vez más vigilantes. Podrían descubrirnos.

Padre Almeida: No se preocupen, esta noche será diferente.

(Los sacerdotes deciden escapar por la noche escalando el muro del convento.)

Escena 2: Fuera del convento, escalando la escultura de Jesús crucificado.

(Padre Almeida está escalando la escultura de Jesús crucificado para escapar.)

Cristo en la Escultura: (Misteriosa voz) ¿Hasta cuándo, Padre Almeida?

Padre Almeida: (Audaz) Hasta la vuelta, Señor.

(Padre Almeida escapa y la escena oscurece.)

Escena 3: De regreso al convento después de una noche de fiesta.

(Padre Almeida regresa al convento, bastante ebrio.)

Padre Almeida: (Tropezando) Vaya, eso fue una noche increíble.

(Choca con algo oscuro en el suelo y se asusta.)

Hombre de la Procesión: (Misteriosa voz) (Silencio, sonido de pasos)

(Padre Almeida mira y ve a la procesión fúnebre con un ataúd.)

Padre Almeida: (Asustado) ¿Qué está pasando aquí?

Voz del Muerto: (Desde el ataúd) ¡Padre Almeida, soy tú!

(Padre Almeida corre de vuelta al convento, aterrado.)

Escena 4: En el convento, después del susto.

(Padre Almeida está frente a su Superior del Convento.)

Superior del Convento: (Serio) Padre Almeida, has tenido una experiencia que te ha mostrado el camino equivocado que estás siguiendo. Es hora de que enmiendes tus caminos y encuentres la verdadera fe.

Padre Almeida: (Sereno) Tiene razón, Padre Superior. He aprendido mi lección. Estoy dispuesto a cambiar.

*(Padre Almeida se convierte en un sacerdote devoto, obediente y respetado en la congregación. La escena termina con un mensaje de redención y cambio.)